Escribo al servicio de la nada, nada perdi al hacerlo, podría haber embargado mi fraude a otros fracasos más suculentos, sin embargo entre todos, el papel, era el menos mentiroso, y mis manos se alimentan de mi misma en alas de cómplices rutinas que nada saben de lo que ya han olvidado a la misa de la iglesia que no han pisado ni por casualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario