Aplastante derrota.

Nuevos corazones indispuestos iban a nacer. Volcados a un partido, enseñaron sus mejores estropicios. Y en marcha hacia las urnas, con la esperanza echa añicos irían si supieran lo que les espera mañana, hoy, su esperanza intacta, apoya al tirano demócrata. Que con las manos altas, saluda a los clanes de un borrego, una bandera, de escenario, y miles en el publico, muevense al ritmo del viento que va en su contra. Y que les dara, la desvergonzada victoria.

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