Cuando pienso, en mis sueños, un viento de derrota golpea mi cara y me trae el barro de mi infancia, como un sabor agrio que no rejuvenece mi piel... era tarde, cuando entré de ha echo a dejar mi gloria en un puñal que olvide tan pronto como mi sangre olvido el alquitrán y el alchol, para intoxicarse contigo.

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