TIC TAC tic tac

Retrocede la noche, se hastía el alba, de esperar, siempre esperando una fugaz despedida, merecedores del llanto de la falta de serotonina, son los que alargadean de ir de sobra.
Una pastilla, al borde de la lengua, llegando el abismo, imponiendo su química locura, como un asalto armado, destrozandolo todo, con el apoyo, de las masas, con el fervor de la conciencia, la moral claudica su inocencia, y perdiendo la ética, se maravilla, el puñal, que va desangrando el alma, silenciosa y misteriosamente, hasta sentirse devorado, por un espíritu acabado, hay vacíos, que perpetran el hielo de la sangre. Y el palpitar se convierte, en un reloj atrasado.

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