Camino por las frías calles y mi piel no se altera. Olvidados difuntos que en el eco de las montañas despliegan sus cantos por lo que sucedió de cualquier modo, enterrado, golpeado, acabado. Hoy, 14 de abril de un año cualquiera del siglo XXI sólo quedan cenizas, de todo lo que pudo ser, y resulto ser nada. Ni un cañón se alza ya. Las palabras ahora no sirven, son palabras. Y los asesinados son memoria histórica, y el presente un recuerdo alterado. Libertad extinguida, se fueron los buenos.

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