Látigo en el cuerpo de Nietzsche, suda , jadea y sufre, por la incomprensión a la mujer. Tanto que la admira, tanto que la odia. Tal vez Noble Nietzsche, en la noche helada, pasaste más que frio. Tal vez, eres como la Virgen de todos los santos ; vida y muerte; sol y sombra; y mi luz, mi luz, en el otro lado de la mesa.Fúnebre por supuesto.

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