A un segundo de la felicidad me di la vuelta, llegó demasiado temor y el dolor se había vuelto mi abrigo, la visión nocturna mis gafas de cerca, a un segundo del amor, me di la vuelta, la búsqueda había sido el empuje de mi caminar, era demasiado facil renunciar, a un segundo de la calma, me di la vuelta, era injusto y tenebroso, que yo tuviera paz, entre guerras, miserias y ciegos, a un segundo de la muerte, quise vivir, y mi vomito el aire trajo, y a un empezar de nuevo en busca de la felicidad, el amor y la calma, tal vez, ahora, no tenga fuerzas para elegir seguir adelante.

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