Tempestad lejana, al igual que alegrías y botellas con mensajes que nadie leerá.
Ausente como un rayo de luz, en la oscuridad del desierto, partiendo en dos, el ciprés de tus sueños.
Que yo ya no soy yo, cuando se trata de ti. Y nadie perpetua siempre el verso de los muertos.. esas palabras que como ruegos tintinean en una calavera que ahora es cenicero. Atrás hay demasiado... como para que quede atrás, camino maldito de mis tenebrosos sueños.. pánico de dormir, cuando es de noche, insomnio provocado , café solitario sin adulterantes que multipliquen la soledad, camino maldito que cuando estoy sola digo la verdad o tal vez solo cuando estoy contigo. Pudiera ser mentira, también.
Que llueva, que mis arboles se cobijan a su antojo, entre cielos de hormigón. Que su salvia no es mi labia. Que mi horizonte.. sigue tan lejano como ayer.. Aniquilida historia, de peregrinos y ladrones.. que en sus versos los rayos tropiezan.. y la puerta no se abre. Camino maldito.

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