la palabra que empapa el papel y por el declive de la letra se intromete hacia el submundo de mi derrota que no perdona el hiriente tono de un perverso olvido, que por su ausente llamada bajo una penumbra insaciable resguarda los silencios que habitan cuando ya no estoy. Me busco y me pierdo aun mas. Este espacio que queda cuando no se reconoce el suelo ni el aire. La soledad atormentada por salir al mundo de las risas y como un devaneo que me arrastra más adentro y deja de mi un sórdido intento.

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