DESAMPARO

No siempre se abre la puerta con educación, pues a veces la insolencia invade mi soledad y solo digo para no decir nada, y solo quiero quedarme hueca y sola, y pertenecer únicamente a mi misma.
Pero un instinto primitivo me mece en la búsqueda exterior de la vida, y tira la cuerda sobre el cuello, la misma que anude con mis manos locas, es tarde para escapar, ahora me debo a la vida, aunque me hiere la pérdida que eso ocasiona, extraño mi dolor, que me volcaba en una sórdida paz, pero era paz, ahora, solo puedo morir en cada exposición ahí fuera, y morirme por volver a mi ser, al regreso, cada vez más funesto, cada vez más doloroso, pero no puedo evitar, sino continuar.

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