De tanto contar, olvido llevar en cuenta los errores , así pues, no aprendo nada de la derrota, y vuelvo a perder en cada jugada y la noche me acoge sin preguntas, y el dolor me dice: " mira para otro lado; ya es tarde otra vez" , y me repito una y otra vez, la proxima vez será diferente, pero cuando llega, me resulta de nuevo igual, y me habían dicho que se aprende de los errores, pero en mi caso ni tan siquiera aprendo del dolor, y es verdad que conozco el aire fuerte de cuando puedo meter la pata, pero en esos momentos siempre pienso, que el placer dará sus flores, pero al día siguiente ya sé que era mentira, pero por lo menos, disfruté de la posibilidad de que cambiaran las cosas, y pienso, que infinitos momentos antes de la resaca, y me distraigo envuelta en lo que debería estar podrido, y miro a un lado y a otro, y todo parece tranquilo, así pues, a la mierda, el remordimiento.
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