Una noche, cuando creía que todo estaba perdido, descubrí que aun se podía hundir más el alma bajo la tumba, y así fuí dejando los buenos recuerdos oxidados de porvenir, y sin despedida vi como moría el corazón. Un rincón olvidado de dios, fue mi hogar. Y aveces pienso que ya no puedo perder más, pero tal vez, mañana, será aun peor.

No hay comentarios: