distancias

A lo lejos ellos hablan, a lo lejos aman, se oyen sus risas, sus voces. Que distancia tan larga nos separa. Perdí lo que nos unía, allá donde el perder era tesoro. Y probé las nubes en la tormenta, y ninguna mojó más que la que me alejó para siempre. Respiro aire de metal. Veo despedirse a las manos que allá escriben cartas de amor. Veo alejarse el café, en que otros hablan de compartir.
Aquí, el espíritu solo se estremece cuando mueren estrellas. Y en el palpitar de la soledad nacen canciones, que sólo éstos oidos escuchan. Y la noche empieza a caminar hacia el amanecer... las luciernagas se van apagando. El silencio se pone a dibujar laberíntos. Los árboles de las rocas se desprenden de sus vestidos. Y hacia el acantilado extienden sus alas... y a lo lejos ellos hablan, a lo lejos aman, ignoran, que tras la distancia, los solitarios respiran humo de metal. Y maldicen junto al viento, la tempestad de la ciudad.

1 comentario:

Jose Miguel Adaros dijo...

y los recuerdos parecen tan lejanos ya... y uno está tan solo cierto?
Te dejo mis saludos y mi compañía

Me gustó mucho tu escrito.