Coincidencia pero el destino de ambos acababa en el mismo oceáno. Confundieronse nuestras lágrimas con el agua y las olas abrazaron tanto la vida que vimos como se ahogaba frente a nosotros, en nosotros. Cómo ambas soledades llegaron juntas al final de los finales. Y en el último segundo, vi como tu alma acariciaba la mía, y me fuí con tus ojos a lo eterno. Tus ojos negros.

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