Me irrita el cansancio que ya no quiere siquiera nombrarse. Azulejos jodidamente ordenados me llevan a observar la molesta vejez de la armonía. Sobre la tierra lluvia de ayer, metáfora de la desidia.
No me alegra el corazón el atasco de luz del mediodía.
Ni los grises que lleva el tren cuando se va, ni                               
El maldito tachón de cada texto que habla de ti o del viento viene hoy a joder mis ganas de seguir escribiendo.

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