Imaginar a mi cuerpo reventar en el suelo destiñe la idea de poesía de esos 150 metros, o ¿por qué no decirlo? enciende el miedo, y es aquí donde surge la pregunta, ¿merece la vida el punto y seguido del terror? Si de todas las puertas solo me comprendo al abrir las que dan al cuarto oscuro y es allí donde busco aire. El peso homicida del pensamiento sólo quiere saber de cuerdas y ramas, y en este estar sin estar condeno la sangre a las jaulas del cállate, espera, aguanta tres vueltas más, y todos esos cuchillos que no alcanzaron, guardan sus filos en la esperanza de la noche, que sueñan imaginando vencer la resistencia del mármol cuando siente el pesado fuego agonizante empujando a lanzarlos a la blanda y débil carne.
Tal vez sólo es un tratado más, un modo como otro cualquiera de morir en vida, pero me tengo en un corazón incapaz de sentir, y por ello culpable acompaña en ellos al delirio.
Quiero saber qué y por qué espero. En qué lugar está ese maldito imán. Por qué se ha coagulado el grito.
Tal vez sólo es un tratado más, un modo como otro cualquiera de morir en vida, pero me tengo en un corazón incapaz de sentir, y por ello culpable acompaña en ellos al delirio.
Quiero saber qué y por qué espero. En qué lugar está ese maldito imán. Por qué se ha coagulado el grito.
¿qué tan terrible que dejarselo a las células enfermas?
1 comentario:
hola gracias por tu visita, y tus textos tambien son muy buenos, en efecto en cada linea que escribo un pedazo de mi existencia queda ahi, donde la fuerza del vendaval no puede borrar las huellas...
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