Desperecen cansados los árboles de invierno, como la patria cuando mueren sus niños hambrientos, como las ideas que no alcanzaron a frenar la injusticia y corre el silencio a infestar las prisiones que encierran, el golpe de quien no pudo elegir, el calor de las ciudades no llega a aquella mujer que pide en la puerta del super, las fronteras alejan los gritos de miseria de Zimbabwe, Haití, Angola, los periódicos hablan de inversores, de ola de frío polar, de que el presidente se reunirá con representantes  de trenta grandes empresas, del vaticano, del penalti decisivo, qué tristeza saber que los que deben hacer no lo harán, qué ganas de morirse con el mundo y con Boupha y Jensi y Yamir y Cham.

No hay comentarios: