Tengo una tristeza voz cansada de seguir al eco que sólo repite lo que perdí, en las rocas devuelve un grito que nunca estoy segura de quién es, pero viene a clavarse en mis oídos ocupando la distancia que siempre me separa de no sé qué, pero no alcanzo, no intento, sólo caigo como las piedras y hallo cunetas embarradas de  pedazos de mí, si existe el infierno es este puñal de espanto que se clava en la carne sana e imposibilita mirar al río sin desear ahogarse.

No hay comentarios: