*imagen tomada de la web de un tal Alvaro Bueno*


La herramienta equívoco de un fin, quieta, sin las manos viejas que trabajan, sin la piedra es tilde equivocada, en el suelo con su peso nada más, como hoy que sólo puedo imaginar pañuelos perdidos y lo separado, lo descomplementado, lo impar, la piel de la naranja sobre un trapo, como el escribir sin pensamiento y el arroyo llenando como la campana el momento de coser unos calcetines para un hijo que no nacerá,  la eternidad de lo que no existe arrastrando y soltando las sábanas que al caer cubren la lluvia y arriba una casa, con miel y cajitas con pastas, tanta luz que casi no se ve que alguien muere de pena allí en lo alto.

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