Hoy si dejo hablar a la tristeza, mañana no podré quitar el barro, pero si no la dejo habrá un metal más afilado esperándome, parece que todo se reduce a qué será más doloroso, antes hubiera dicho que lo importante sería dónde el despertar, pero hoy no creo en ningún despertar, en el valor de ningún camino. Me está jodiendo escribir en estos momentos, prefiero ir al silencio de las palabras, sobre las sensaciones que se suceden conmigo en el mirar de la oscuridad del cuarto apagado. Esperando a la pesadilla.

2 comentarios:

Raúl Velasco Nikosia dijo...

Ojalá la pesadilla se acojone y huya con el rabo entre las piernas al ver tus sueños más placenteros!!

Saludos!!

Darío dijo...

Dale una autorización al silencio. Dice más que las palabras. Consejo pedorro?