Recordatorio del tiempo.

No sé ya, de que color son mis almas,, se me ha olvidado escribir del modo en el que, no importe el destino ni el precario sinuoso malnacido estravagario permiso de los monos que tienen como cara, un estruendo humano, se me ha olvidado ya, pesar mis atuendos más descarados en el espejo de la deshonra descarada que te pega un tortazo sin quererlo, y si a pesar de todo, pudiera recordar, tal vez entonces no quisiera, ni descubrir que el golpe ya lo tengo, y que el que queda por llevar es mas grato si no se teme, con el orgullo, de mi boca, callar, ya, que es viejo el otoño, y es largo el invierno.

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