La esperanza, el bar más cercano.

Es agria la esperanza, que lleva a los club de la noche a ser templos, que el sabor amargo del licor se hace dulce al paladar, que hace que una tasca sea mi reino y que un camarero el confesor de las dudas, que hace de un banco una cama, y de mis penas alegrías, para seguir tomando, mientras llega el sol. Oh esperanza, que haces de un calabozo el purgatorio y de la condena el cielo. Que la muerte es más rápida, para cuando descubra, que todo era fruto de mi imaginación, ya habrá llegado. Pero que no quiten el baile tambalesco, de la esperanza.

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