Ya no quedan los mares de ilusiones que envolvían mi alma en nubes, y de lo que espera de nosotros un callejón de escombros resuelve las dudas. Invención de futuro termina donde nuestros besos no supieron continuar. Y en el valle del miedo, una luz disipa la esperanza. Malditas y tristes noches de estar sin nadie. Copa amarga que embriaga mi razón y deja al descubierto mi alma.
Y bajo un crepitar de golpes, arañazos del cielo, desangran mi ternura. Y entre polvo y desolación habita el cuerpo, que soño ser espuma.

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