después

Una mano toca la avaricia que contagia tus ojos claros y podrido el amor espera el final que llegue pronto. Bajo el bosque que nos enseñó a contar nubes se guarda el pájaro muerto y sus alas rotas descubren lo que queda de paz en la tierra de lo que no se cumple.
Y así se guarda la noche, de ti y de mi, y asi se esconden las flores de la luz del sol, porque es hora de dejar de ganar, es hora, de mirar y no ver tus ojos penetrar el horizonte.

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