No soy poeta, eso lo sé. Tan solo escribo. Los grises que deja el negro cuando abandona la ausencia abonan mis letras hacia la tempestad que es mi casa. Un cuaderno embadurnado de quizás me recuerda porqué no me dediqué a la filosofía. Y la herida que sangra cuándo me acerco a la verdad hace más clara la verja que me separa de la paz. Por eso nunca hablé de religiones.
Tan solo escribo para alargar mi vida.

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