Hoy tengo ganas de escuchar música pero en el repertorio de la biblioteca todas esas notas tienen piel desgastada, me limito a ver aquel árbol, que cada verano enverdece, a este lado la náusea no quiere descansar, hoy he tomado mucho café, tengo prisa por algo, pero se esfuma, sólo queda la prisa. Siento una especie de remordimiento abstracto, como que algo no hice nada bien,  pero no es una sensación nítida, en mis sueños te vi, estabas horriblemente viejo, y te ibas a ir pronto a no sé donde, sé que te abracé, y tu sonrisa resplandecía en ese cuerpo de vagabundo, no tiene nada que ver supongo, con que hoy quiera correr y no haya ni una sola carretera. Es curioso cómo hemos abandonado las ganas de formular verdades... me importa una mierda casi todo, paso y paso, siendo rollo de película por mis atormentadas emociones, no me preocupa que haya un tajo en la parte de las flores, ni que no haya música acompañando al que se tira desde el quinto...
En una especie de tren mercancías hay un conductor loco por descarrilar, asi siento al alma yendose de mí... y estas ganas de irme con las letras, sólo hacen acercar la llama a la quemadura, no me reconozco en las fotografías y no soy yo la que sonríe, no se me ocurre como terminar, sólo que no soy yo la que sonríe.

2 comentarios:

Ramón González Gutiérrez dijo...

Mierda, casi me haces llorar. Este texto tiene una calidad y una fuerza abismales.

Daniel dijo...

Puede que sea una actitud cómoda de mi parte, pero es así; escribiste mi historia.