Anular todo deseo comulgando con la nada, no podrá tocarme la vida con sus manos traidoras en este vacío, no abandonaré más el camino de los huesos del ser por la promesa de una quimera, y aunque sepa que no importa nada y que no existe ninguna verdad y que no hay salvación, seguiré a mi fe muerta al desierto. Me basta el espacio que separa toda molécula para distanciarme de las caricias. Compartir mis descubrimientos con la hierva. No necesito aprobación alguna, mis acciones no son tangibles en el pensamiento, mi pensamiento no se rige en la vida, lo que veo no me mira, sólo existe en el nervio de mi cerebro, mi llanto es imaginar que existes cuando ya estoy muerta, mi oficio es hacer real la fantasía, mis sentidos son el ejército enemigo, que tiene casa al otro lado, con los sueños de mi infancia avanza y me trae su casa. Esto vive por instantes, suficiente para anular todo el resto, el resto me trae aquí todas las noches, y cuando estoy en el resto soy una sombra en la ausencia de luz ansiando en su agonía lo inimaginable, el mundo inexistente donde existo, únicamente.