Volvían los gritos a llenar las jaulas y no pude llegar a dejar abierto al salir
sobre las puntadas del suicida corría el hambre para alcanzar la paloma que no dejó nada atrás
y cuando quise saber ya había llegado a la nieve
parecían buitres tus ojos
y yo una mancha en el álbum de tachones
y esto que escribo es sólo para decirte lo poco que queda de la que era cuando te conocía, sobre el muro las piedras han helado tus naranjos y la voz que decía sobre el fruto ha desgarrado la piel y cayó como cae la muerte sobre mí.... creo que no sirve saber que éste cuerpo se pudrirá, aun así cuando atardece voy a ver marchar el río y los tres años de suburbios y copas sucias han cubierto con la foto rota mis huellas.

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