Como si me preocupara el segundo que está al venir, como un tejado con toda la nieve encima, un grito en el cristal, una guerra que empieza y va llegando y el segundo encima, la ceniza al caer y todas éstas teclas huérfanas del sentido, y ése sol que huele a incendio, ésas montañas clavadas sin darse cuenta que mi vientre quiere tragarlas y ver nada, nada sangrando en todo el espacio, nada con las metralletas y los cañones pulsando el vacío y borrando lo que conozco de la vida.

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