Se oye la carencia que dejó el ladrillo en tu pecho, hambrientos peces de corral se ahogaron cuando iban a reproducirse, un carril siniestramente roto dejó estrellarse el pasado en un muro de hormigón, las cadenas estrangularon al niño a un segundo de librarse de ellas, y todo esto es la bazofia de la poesía encerrada.

1 comentario:

mateosantamarta dijo...

Gracias por tu visita, amiga, y por esas palabras profundas y tristes: las que perdiste allí y las que pierdes aquí.
Yo sé que algún día mirarás hacia el sol.
Un abrazo.