¿cómo tan distinta si tengo todavía la misma historia? de esas que empiezan en un lugar que se olvida y siguen sumando caminos imposibles, ciudades extinguidas, cartas que callaron... ¿por qué entonces no son los mismos ojos los que hoy miran a la lluvia desviar la atención de lo roto? No es el mismo llanto, no es lo perdido, no es esta casa ni estas palabras...  es creer que en la pared en la que para lo que termina ha llegado ya todo lo que tuve...

1 comentario:

Soledad anacrónica dijo...

El movimiento del universo se refleja en nuestro movimiento interno. Cada paso, cada movimiento es una evolución nueva y con cada cambio nace una persona distinta pero que porta, siempre, la misma esencia.

No podía haberlo hecho mejor.