Todavía la carne es cuerpo y el dolor no es la cicuta
todavía no escribí a la muerte de mis padres ni me libré de la sangre reseca de este invierno
todavía no me vi sentada frente a las vías esperando un tren, un tren para lo que sea
todavía conocí un huerto con las azadas oxidadas y la cosecha perdida
todavía era una niña no creyendo lo que miro
todavía estaré escuchando esta historia por si acaso queda el fusil en la boca del mar.

1 comentario:

Humberto Dib dijo...

Hola, estoy visitando blogs que aparecen como seguidores de otros blogs amigos. De los que visité, éste me pareció muy bueno, voy a quedarme por aquí como seguidor, si me permites.
Si tienes ganas (sólo si tienes ganas), te invito a pasar por el mío.
Un saludo desde Buenos Aires.
Humberto.

www.humbertodib.blogspot.com