Recordar, como si me hiciera pequeña, como si mi pasado fuera un conjunto de carreteras de las cuales algunas acaban súbitamente sobre un muro o un contenedor de vidrios, llena de vosotros, de nosotros, de ellos, como un desagüe, no digo sentido, no digo mesa y mantel, digo goma de borrar, un decadente perseguir de lo que se escapa, destino como lo que no llego, como mi no poema, como no vestido, espejo que enmudece lo que traiciona de sí mismo al resto de universo.

2 comentarios:

Ramón González Gutiérrez dijo...

A veces cortas el aire con tijeras peligrosamente afiladas.

Te espero en la conversación que tenemos a medias.

Saludos.

Sarco Lange dijo...

He abandonado la carretera, me he salido a una saliente y he tomado tu poema con el único objetivo de clavarlo en uno de estos árboles que nos miran. Luego vendrá el fuego.

Abrz.