Ya no hay canciones de amor, ya no hay promesas que apuren, la inmensidad del vacío yergue en busca del olvido, busco y no encuentro el motivo de este puto desaliento, una encruzijada decora mi alma y me lleva al tornado de los infelices días sin amar... y como si se tratara de un exilio me voy y olvido el día en que te perdí, todo sigue estúpidamente y yo con ganas de ver el final.

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