lejanía

Un puñado de hojas flotan en el parque, el poemario que me regalaste llora porqué la verdad se guarda entre codigos que mi alma ha olvidado, ya entra el otoño, y los arboles se van desnudando, y su piel bronceada va despojandose cada día de los verdes que tan bonito dibujabas...Una isla solitaria que solo acaricia el mar, tiene aun los restos de aquel hombre primitivo que aprendió a envejecer sin carreteras.
Y yo rodeada de edificios y de ruidos de gentes que no me importan, veo como se va el día, y se aleja cada vez más de ti y de nuestros sueños. A veces sueño con tus arboles de piel mutable y con tus estrellas que tiñen el infinito que ya no espera mi destino.
E impasible recuerdo tus ojos que ahora como una fotografía veo en mi memoria, en un punto alejado de la conciencia mirando absortos el mar, que al igual que tu, se ha quedado tras las montañas.

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