Una ruptura, un desajuste, una condena que no estoy dispuesta a pagar me habla de los huesos rotos, de los virus comiendo las entrañas, y de las pocas ganas de cortar con todo, un maldito instinto quiere respirar. Y en este encierro de locos taciturnos nadie guarda la llave que haría de la salida una vuelta a empezar.

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