Desde que dijiste

Excusas para no tener que decir. No quería escuchar esa pregunta. El frío lleno mi palabra.
Desde entonces miro al cielo en vez de tus ojos. Y escucho el viento en vez de tu voz.
Y cuándo pesa el vacío llamo al personaje de la triste novela en vez de a ti.

1 comentario:

Jose Miguel Adaros dijo...

cómo duele el abandono naufraga amiga... gracias por compartir.
Salu2