pobre gente

Una palabra traga la voz, la poesía llegó muy tarde. No tuvimos tiempo de hablar de los que están abajo para que nosotros estemos arriba, ni de los que no les preguntan el nombre cuando los echan de aquellas tristes embajadas. Ni de los que llegaron muertos de sed a una tierra que nunca les dio agua. Sólo pudimos decir, pobre gente, antes de ser iguales a los que niegan permisos de trabajo, a los que con fusiles guardan un muro en una frontera, a los que cuentan monedas de oro, a los que hablan de política desde sus sillones. Ahora, seguimos diciendo, pobre gente, y así dormimos tranquilos en nuestras casas con gas natural y televisión de plasma y muebles de diseño y perlas en una cajita de plata y champús para el pelo reseco y cremas con miel para no envejecer y ordenadores y mpcincos y zapatillas con suelas especiales y suavizante para la ropa y bolsos y gorros y corbatas y un cuadro que hace juego con el sofá de piel… y seguimos diciendo pobre gente mientras pensamos si este verano iremos a la montaña que viene bien para nuestra asma o a la playa que así los niños corren tranquilos.

2 comentarios:

Daniel dijo...

Te comprendo, pero no podemos salvar al mundo. En todas nuestras escalas sociales evolutivas (o involutivas) somos de alguna manera pobre gente y no por rechazar lo material mejoraremos. la diferencia no es lo material es lo interior y en eso radica la riqueza o la pobreza. A partir de ello comienza la evolución (o involución) verdadera.
Me gusta mucho como expresas tus sentimientos.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿Cruel Verdad?

Estamos corrompidos.