Y viene lo detestable al vientre de todo lo existente y los cristales en ése absurdo viaje se empañan con el aliento de quien sigue vivo porque no tuvo mejor coartada. Como dinamita grita el asco y sin resistencia ocupa el maldito segundo que sucede. Y ésas campanas parece que anuncian que jamás volverán las agujas a ser parte del mecanismo del tiempo y cada vez más lejanas violando la memoria se perpetran en éste día en que supe que no es lo peor la muerte.

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