A veces sólo la vida pasa y no hay un diario de tapa de flores ni hay una caja de madera, ni hay fotografías, ni recuerdos… sólo pasan los instantes y se van, tal vez es lo que nos forma, lo que continua siempre… pero no hay un dar parte ni una memoria, ni siquiera somos testigos ni podemos asegurar lo que pasa mientras pasamos, es como ese árbol entre árboles en un domingo de visita al bosque, ese color de la sombra de un puente en el cuadro de un museo, es una persona más cruzando el semáforo, pero es nuestro silencio, eso que no podemos definir y es el volumen de nuestro aire, es lo que nadie recordará y lo que al perderse enloquece al ser y a su sombra.

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